Martes de la cuarta semana de adviento
« Brotará un renuevo del tronco de Jesé y la gloria del Señor llenará toda la tierra. Todos los hombres verán la salvación de Dios. » (Antífona de Entrada, Cf. Is 11, 1; 40, 5; Lc 3, 6)
« El ángel dijo a María: Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. » (Antifona de Comunión, Lc 1, 31)
Reflexión
« Los pastores "se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho" (Lc 2, 17).
Al igual que los pastores, también nosotros hemos de sentir en esta noche extraordinaria el deseo de comunicar a los demás la alegría del encuentro con este "Niño envuelto en pañales", en el cual se revela el poder salvador del Omnipotente. No podemos limitarnos a contemplar extasiados al Mesías que yace en el pesebre, olvidando el compromiso de ser sus testigos.
Hemos de volver de prisa a nuestro camino. Debemos volver gozosos de la gruta de Belén para contar por doquier el prodigio del que hemos sido testigos. ¡Hemos encontrado la luz y la vida! En Él se nos ha dado el amor. (Misa de Medianoche, Homilía de S.S. Juan Pablo Navidad, 24 de diciembre de 2001).
Oración
Dios, creador y restaurador del hombre, que has querido que tu Hijo, Palabra eterna, se encarnase en el seno de María, siempre Virgen; escucha nuestras súplicas y que Cristo, tu Unigénito, hecho hombre por nosotros, se digne hacernos partícipes de su condición divina. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.