A Su Beatitud Ignace-Pierre VIII Abdel-Ahad, 25 de enero del 2008
CARTA DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
A SU BEATITUD IGNACE-PIERRE VIII ABDEL-AHAD
A Su Beatitud
IGNACE-PIERRE VIII ABDEL-AHAD
Patriarca de la Iglesia
de Antioquía de los siro-católicos
Me dirijo a usted, Beatitud, para transmitirle mi saludo más afectuoso en el Señor y para agradecerle de todo corazón la acogida que reservó a mi enviado personal, el señor cardenal Roger Etchegaray, que viajó a Jerusalén para una reflexión fraterna sobre la situación actual de la amada Iglesia siro-católica de Antioquía.
El cardenal me ha informado del encuentro que tuvo con usted, Beatitud. Ha quedado edificado por su amabilidad y por sus consideraciones serenas, por el vivo sentido de responsabilidad que usted ha manifestado para favorecer el retorno a la plena unidad en el Sínodo patriarcal y el ejercicio fructuoso de la solicitud pastoral por el bien de los hijos e hijas de la Iglesia siro-católica, en la madre patria y en la diáspora.
El cardenal Etchegaray me entregó la carta con la que Su Beatitud, tras una reflexión ciertamente madurada en una larga oración ante el Señor, presenta su renuncia al cargo patriarcal.
Aprecio mucho, venerable hermano, este gesto de amor eclesial, que manifiesta solicitud ante todo por el progreso espiritual de los fieles gracias a la concordia episcopal, y veo en él una admirable confirmación de su celo apostólico. En este momento particular de su vida, deseo vivamente reconocer con profunda gratitud todo el bien que usted ha realizado durante sus años como Patriarca y en el servicio eclesial que ha desempeñado con entrega y generosidad a lo largo de toda su vida.
Con la solicitud que el Señor pidió a Pedro y a sus Sucesores, después de una oración y una reflexión atentas, tras haber escuchado el parecer de mis colaboradores más íntimos, he considerado un deber aceptar su renuncia por los motivos altamente pastorales que la han inspirado.
Deseo informarle que, después de considerarlo todo, accediendo a algunas peticiones presentadas durante el Sínodo extraordinario convocado en el Vaticano del 26 al 28 de abril de 2007, he decidido que el gobierno de la Iglesia siro-católica se confíe, durante un período conveniente antes de la elección de su sucesor, a un comité episcopal compuesto por tres miembros: su excelencia monseñor Théophile Georges Kassab, arzobispo de Homs, Hama y Nabk de los sirios; su excelencia monseñor Athanase Matti Shaba Matoka, arzobispo de Bagdad de los sirios; y su excelencia monseñor Gregorios Elías Tabé, arzobispo de Damasco de los sirios. Este comité tendrá todas las facultades que corresponden al Patriarca y al Sínodo permanente, según las normas del Código de cánones de las Iglesias orientales, y será presidido, por turno, por cada uno de sus miembros. Su excelencia monseñor Théophile Georges Kassab recibirá el mandato de gobernar la eparquía patriarcal.
Estoy seguro de que usted, Beatitud, seguirá velando como Patriarca emérito sobre la amada Iglesia de Antioquía de los sirios, ofreciendo el don valioso de su oración, de sus prudentes consejos y del sacrificio del corazón, así como las pruebas que la divina Providencia, junto con las alegrías, no deja de mandar a los buenos pastores.
Por mi parte, le aseguro mi cordial fraternidad en Cristo, en comunión con toda la Iglesia católica.
Venerable hermano, pido al Señor que le conceda en abundancia serenidad, salud y una confianza cada vez mayor en su santa voluntad. Renovándole, Beatitud, toda mi gratitud y mi estima cordial, invoco sobre los pastores y sobre los fieles de la Iglesia de Antioquía de los siro-católicos la protección amorosa de la santísima Madre de Dios, y de corazón imparto a todos la bendición apostólica.
Vaticano, 25 de enero de 2008
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