Al inicio de la misa celebrada con sus ex alumnos del Ratzinger Schülerkreis, 29 agosto 2010- Benedicto XVI
PALABRAS DEL PAPA BENEDICTO XVI
AL INICIO DE LA MISA CELEBRADA CON SUS EX ALUMNOS
Capilla del Centro Mariápolis, Castelgandolfo
Domingo 29 de agosto de 2010
Queridos amigos:
Al final del Evangelio de hoy, el Señor nos hace notar que en realidad seguimos viviendo como los paganos; que invitamos, por reciprocidad, sólo a quien corresponderá la invitación; que damos sólo a quien devolverá. Pero el estilo de Dios es distinto: lo experimentamos en la Santa Eucaristía. Él nos invita a su mesa a nosotros, quienes en su presencia somos cojos, ciegos y sordos; él nos invita, cuando no tenemos nada que darle. Durante este acontecimiento de la Eucaristía, dejémonos tocar sobre todo por la gratitud por el hecho de que Dios existe; de que él es como es; de que él es así como es Jesucristo; de que él —a pesar de que nada tenemos que darle y estamos llenos de culpas— nos invita a su mesa y quiere sentarse con nosotros. Pero queremos también dejarnos tocar por el sentimiento de culpa porque nos apartamos tan poco del estilo pagano, de vivir tan poco la novedad, el estilo de Dios. Y por ello iniciamos la santa misa pidiendo perdón: un perdón que nos cambie, que nos haga ser verdaderamente parecidos a Dios, a su imagen y semejanza.
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