Regina coeli del domingo 8 de mayo de 1988
VIAJE APOSTÓLICO A URUGUAY, BOLIVIA, LIMA, PARAGUAY
JUAN PABLO II
REGINA CAELIDomingo 8 de mayo de 1988
Fiesta de la Ascensión
1. "Reina del Cielo, alégrate, aleluya".
En este domingo del mes de mayo dedicado a la Virgen María, en pleno tiempo pascual, os invito, queridos hermanos y hermanas, a saludar a la Madre de Cristo, Redentor nuestro, que ha resucitado del sepulcro.
La peregrinación espiritual que domingo tras domingo de este Año Mariano he ido realizando a los distintos lugares de veneración y culto a la Virgen María, esparcidos por todo el mundo, me trae hoy al Santuario de la Virgen de los Treinta y Tres, Patrona del Uruguay, en la ciudad de Florida, ante cuya imagen me postraré esta tarde, como etapa gozosa y obligada en el itinerario de este viaje pastoral.
Allí contemplaré la santa imagen que atrae las miradas de todos los uruguayos e irradia dulzura y bondad; celebraré la Eucaristía y ordenaré nuevos sacerdotes para la Iglesia de Dios.
Aquella pequeña talla de la Virgen Inmaculada expresa de un modo admirable la presencia de la Madre de Dios en estas tierras del Uruguay.
En su humilde silencio esta imagen nos muestra el fruto más eminente de la redención, María, en quien no hay mancha de pecado alguno.
Contemplando a la Virgen Purísima cantamos la victoria de Cristo resucitado sobre el pecado y la muerte.
2. "Alégrate, porque el Señor a quien has merecido llevar, ha resucitado, según su palabra, aleluya".
El anuncio de la resurrección del Señor, mensaje culminante del Evangelio, ha llegado a estas tierras unido a la presencia amorosa de la Madre del Resucitado.
Acercándonos al V centenario de la evangelización de los pueblos de América, la Virgen María, Reina de los Apóstoles, que con su fe y su ejemplo de vida precede a los heraldos del Evangelio, nos hace sentir la hermandad de todos los pueblos, que en estas tierras benditas han acogido la Palabra y el bautismo de Cristo. De todos ellos María es Madre y Patrona; a todos convoca en una gran familia para la que deseamos esa unidad latinoamericana que ahonda sus raíces en el mensaje cristiano.
A nuestra Señora, la Virgen de los Treinta y Tres, Patrona del Uruguay, en una plegaria, que quiere ser la voz de todos los pueblos de América Latina, le dirigimos el saludo pascual que llena nuestros corazones de alegría por el triunfo de su Hijo Resucitado, vencedor del pecado y de la muerte y que nos abrió las puertas del cielo.
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