Carta de Su Santidad Benedicto XVI al Cardenal Jean-Louis Tauran con motivo de la publicación del Menologio de Basilio II, 27 de octubre de 2005
CARTA DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI
AL CARDENAL JEAN-LOUIS TAURAN CON MOTIVO DE
LA PUBLICACIÓN DEL MENOLOGIO DE BASILIO II
Al señor cardenal
JEAN-LOUIS TAURAN
Archivero y bibliotecario
de la santa Iglesia romana
He conocido con interés la colaboración establecida entre la Biblioteca apostólica vaticana y la Iglesia ortodoxa de Grecia para la publicación del Menologio de Basilio II, cuyo manuscrito se conserva en la Biblioteca apostólica vaticana, y le agradezco que haya velado por el buen desarrollo de las diferentes etapas de este proyecto.
Puesto que usted va a participar en el encuentro de Atenas que representa la primera presentación oficial del facsímil del manuscrito, le encargo que exprese a Su Beatitud Cristódulos, arzobispo de Atenas y de toda Grecia, mis sentimientos cordiales y fraternos y mi plena satisfacción por este importante acontecimiento, fruto de las relaciones nuevas que se han entablado después de la inolvidable visita a Atenas de mi venerado predecesor Su Santidad el Papa Juan Pablo II, con ocasión de su peregrinación jubilar tras las huellas del apóstol san Pablo. Me alegra vivamente constatar que una cooperación más activa se desarrolla cada vez más entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa de Grecia.
En esta ocasión, le encargo haga saber a Su Beatitud Cristódulos la alegría que tendría de acogerlo en Roma, para manifestar juntos que ha comenzado una nueva etapa en este camino de reconciliación y cooperación. Exprésele mi vivo deseo de desarrollar con más intensidad relaciones confiadas y fraternas entre nosotros, para trabajar juntos en los numerosos ámbitos de la evangelización: podremos sobre todo ayudar con más fuerza a las naciones europeas a reafirmar sus raíces cristianas, a fin de encontrar en ellas la savia nutritiva y fecunda para su futuro, para el bien de las personas y de toda la sociedad. Esta será una manera de anunciar juntos la buena nueva de Cristo al mundo contemporáneo, que tanto la necesita. Así, responderemos cada vez más al ardiente deseo expresado por el Señor mismo: "Que todos sean uno" (cf. Jn 17, 21), hasta el día bendito en que, cuando Dios quiera y bajo la guía solícita del Espíritu Santo, podamos celebrar la plena comunión restablecida.
Le pido asimismo que salude cordialmente en mi nombre a los miembros del Santo Sínodo de la Iglesia ortodoxa de Grecia, así como a mis hermanos obispos de la Iglesia católica, a su excelencia el señor presidente de la República de Grecia y a las demás autoridades reunidas en esta circunstancia.
Con estos sentimientos de confianza y esperanza, le expreso mis mejores deseos para el pleno éxito de su misión. Invocando sobre su persona la intercesión benévola de la Madre de Dios, le imparto, señor cardenal, una particular y afectuosa bendición apostólica. Vaticano, 27 de octubre de 2005
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