Discurso a la Comunidad Judía de Argentina
VIAJE APOSTÓLICO A URUGUAY, CHILE Y ARGENTINA
DISCURSO DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II
A LOS REPRESENTANTES DE LA COMUNIDAD
JUDÍA DE ARGENTINA
Nunciatura Apostólica de Buenos Aires
Jueves 9 de abril de 1987
Estimados representantes de la Comunidad judía de Argentina:
quiero ante todo agradeceros vuestra presencia aquí y vuestro deseo de encontraros con el Papa, con ocasión de su visita a este país, donde vuestra comunidad es tan activa y numerosa.
E1 encuentro con representantes de la comunidad judía constituye, desde el comienzo de mi pontificado, una cita frecuente, durante mis visitas a los diversos países. Esto no es algo casual, ni fruto solamente de un deber de cortesía.
Bien sabéis que, desde el Concilio Vaticano II y su Declaración Nostra Aetate (cf. Nostra Aetate, 4), las relaciones entre la Iglesia católica y el Judaísmo han sido puestas sobre una nueva base, que es en realidad muy antigua, puesto que toca a la cercanía de nuestras respectivas religiones, unidas por aquello que el Concilio llama precisamente un vínculo espiritual.
Los años sucesivos, y el progreso constante del diálogo por ambas partes, han ahondado todavía más la conciencia de ese vínculo y la necesidad de afianzarlo siempre en el mutuo conocimiento, estima y superación de los prejuicios que en épocas pasadas nos han podido separar.
La Iglesia universal, y la Iglesia en la Argentina, están empeñadas en esta gran tarea de acercamiento, amistad fraterna y colaboración en los campos donde ello sea posible.
Os pido que, por vuestra parte, contribuyáis, como ya lo hacéis, a esta apertura y a esta mutua aproximación, que redundará, sin duda, en bien de nuestras respectivas comunidades religiosas, así como de la sociedad argentina y de los hombres y mujeres que la componen.
La paz con vosotros: Shalom alehém.
Muchas gracias: tôdah rabâh.
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