Semana del Miércoles de Ceniza
"Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme." (Antífona de Comunión, Sal 50, 12)
Reflexión
La Cuaresma nos propone cada año el misterio de Cristo «conducido por el Espíritu en el desierto» (Lc 4,1). Con esta singular experiencia, Jesús dio testimonio de su entrega total a la voluntad del Padre. La Iglesia ofrece este tiempo litúrgico a los fieles para que se renueven interiormente, mediante la Palabra de Dios, y puedan manifestar en la vida el amor que Cristo infunde en el corazón de quien cree en Él...
La Cuaresma es, pues, un camino de conversión en el Espíritu Santo, para encontrar a Dios en nuestra vida. En efecto, el desierto es un lugar de aridez y de muerte, sinónimo de soledad, pero también de dependencia de Dios, de recogimiento y retorno a lo esencial. La experiencia de desierto significa para el cristiano sentir en primera persona la propia pequeñez ante Dios...". (Juan Pablo II, Mensaje para la Cuaresma de 1998).
Oración
Señor, que tu gracia inspire, sostenga y acompañe nuestras obras, para que nuestro trabajo comience en ti, como su fuente, y tienda siempre en ti, como a su fin. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.