Semana del Miércoles de Ceniza
"Réspondenos, Señor, con la bondad de tu gracia; por tu gran compasión vuélvete hacia nosotros, Señor." (Antífona de Entrada, Sal 68, 17)
"No quiero la muerte del malvado, - dice el Señor -, sino que cambie de conducta de vida." (Aclamación, Ez 33,11)
Reflexión
La Cuaresma ayuda a los cristianos a penetrar con mayor profundidad en este «Misterio escondido desde siglos » (Ef 3,9); los lleva a confrontarse con la Palabra del Dios vivo y les pide renunciar al propio egoísmo para acoger la acción salvífica del Espíritu Santo.
Estábamos muertos por el pecado (cf. Ef 2,5); así es como San Pablo describe la situación del hombre sin Cristo. Por eso, el Hijo de Dios quiso unirse a la naturaleza humana y, de este modo, rescatarla de la esclavitud del pecado y de la muerte.
Es una esclavitud que el hombre experimenta cotidianamente, descubriendo las raíces profundas en su mismo corazón (cf. Mt 7,11)". (Juan Pablo II, Mensaje para la Cuaresma de 2000).
Oración
Dios todopoderoso y eterno, mira compasivo nuestra debilidad y extiende sobre nosotros tu mano poderosa. Por Nuestro Señor Jesucristo. Amén.