Misterios de Gloria (Miércoles y Domingo)
“La contemplación del rostro de Cristo no puede reducirse a su imagen de crucificado. '¡Él es el Resucitado!'... El Rosario ha expresado siempre esta convicción de fe, invitando al creyente a superar la oscuridad de la Pasión para fijarse en la gloria de Cristo en su Resurrección y en su Ascensión. Contemplando al Resucitado, el cristiano descubre de nuevo las razones de la propia fe, y revive la alegría no solamente de aquellos a los que Cristo se manifestó –los Apóstoles, la Magdalena, los discípulos de Emaús –, sino también el gozo de María, que experimentó de modo intenso la nueva vida del Hijo glorificado.” (Rosarium Virignis Mariae, Juan Pablo II, Cap. II, 23)